A los pies de las majestuosas e imponentes montañas, oculto bajo el blanco manto del invierno existe un tesoro natural que muchas veces pasa desapercibido: la lenga.
HISTORIA EVOLUTIVA
La historia de la lenga es la historia de las montañas. En la medida en que los Andes se alzaban y tomaban altura a través de millones de años los bosques Nothofagus que crecían es sus laderas fueron aclimatándose y adaptándose a las distintas condiciones, lo que provocó la divergencia de este género en las especies que hoy en día conocemos, entre ellos Nothofagus pumilio, la humilde lenga.
DESCRIPCIÓN
Es un árbol caducifolio (pierde las hojas en invierno), de corteza café oscura y agrietada y cubierta de musgos y líquenes. La lenga puede alcanzar alturas de hasta 30 metros y diámetros de hasta 1,5 metros. Sin embargo, a medida que asciende, experimenta una disminución gradual en su tamaño hasta convertirse en un arbusto achaparrado. Esta adaptación es crucial para resistir el peso de la nieve y sobrevivir en condiciones montañosas adversas
La lenga crece en suelos rocosos y de origen volcánico en las laderas de las montañas, en sitios de gran amplitud térmica, escasa y/o abundante precipitación y vientos implacables, revelando una adaptación asombrosa a estos entornos únicos. A través de sus raíces intrincadas y sus estrategias adaptativas, la lenga ejemplifica la sorprendente capacidad de la naturaleza para sobrevivir en condiciones desafiantes, proporcionando así una perspectiva única sobre la evolución de la vida en los ambientes de montaña.
DISTRIBUCIÓN & ECOLOGÍA
La lenga es una especie nativa de Chile y Argentina. En nuestro país se distribuye desde el Maule hasta el extremos sur de Magallanes a lo largo de la Cordillera de los Andes y en la Cordillera de la Costa entre las regiones de la Araucanía y Los Lagos. Gracias a su resistencia a las adversidades climáticas, resistiendo a las fuertes ventiscas y llegando a tolerar hasta -20 grados, crea un ecosistema que proporciona refugio y alimento a diversas especies de la fauna local, como pumas, zorros y huemules además de aportar en la conservación del suelo y la prevención de la erosión. Además, debido a su capacidad para retener agua y regular el ciclo hidrológico la lenga contribuye a mantener la salud de los ecosistemas a su alrededor.
CONSERVACIÓN
Como muchas especies nativas y debido a su madera de alta calidad también la lenga ha sido talada para ser utilizada en construcción, y aunque no está declarada en peligro, sin embargo, en los bosques subantárticos, los bosques de lenga, pueden enfrentar desafíos en términos de conservación debido a la deforestación, el cambio climático y otras actividades humanas.
LA LENGA EN EL VALLE
Cuando subas hacia el valle Shangri-La, observa y escucha atentamente la sabiduría de la lenga. Este árbol, se arraiga con fuerza a los pies de las elevadas cumbres, resistiendo el azote del viento y las fuertes nevadas de la cordillera. Ha sido testigo de la historia del cóndor, del puma y del huemul, ha sido testigo de aquel ser que arrea su ganado al otro lado de la montaña, ha sido testigo del despertar de los volcanes y de los infinitos amaneceres. La lenga con su corteza cubierta de musgos y líquenes de todo tipo a veces parece un humilde anciano que nos susurra historias de la vida en las montañas, pero otras, se alza imponente como un gigante orgulloso y entonces nos invita a mirar a las estrellas.
Si quieres saber sobre las diferentes especies que habitan este hermoso valle, échale una mirada a nuestro articulo: https://trancas.cl/flora-y-fauna-de-las-trancas