Reviviendo las tradiciones chilenas en la Fiesta de la Avellana

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Es sábado por la tarde y vamos con mis amigos hasta Los Lleuques, a disfrutar la famosa Fiesta de la Avellana de la comuna de Pinto.

La multicancha de la escuela está cubierta con una carpa blanca y hay un escenario lleno de luces y múltiples puestos de comida y artesanía local.

Cuando entramos nos encontramos un ambiente muy chileno: suenan los acordes de una cueca y en el escenario se luce el grupo Pehuén con sus instrumentos y su colorida vestimenta típica.

Abajo del escenario, en la cancha, parejas locales aplauden durante la introducción de la cueca y preparan sus pañuelos para el baile. Chinas y huasos visten sus mejores galas, llenas de color y orgullo. Pienso que es un gusto vivir esto en otra época del año que no sea septiembre y las Fiestas Patrias, y observo lo contenta que está la gente.

Volteo a ver a mis amigos, un mexicano y colombiano, y me entretengo mirando a través de sus sorprendidos ojos. Les explico el simbolismo en la ropa, la historia de la cueca, las comidas típicas… parece que algo aprendí en el colegio.

Los bailarines se lucen zapateando y dando vueltas, y al finalizar la cueca el público aplaude. Afuera hace frío, pero adentro se siente el calor humano.

Arte tradicional chileno

El grupo Pehuén se despide del escenario entre muchos aplausos y nosotros decidimos recorrer la muestra de artesanías. Hay trabajos muy lindos, en lana, fieltro y madera.

La señora Berta Rodríguez de Artelana Pinto (teléfono +56985381988) teje mientras atiende su puesto, lleno de color y con variadas artesanías en lana y fieltro.

Telares con árboles de colores, souvenirs de Los Lleuques y unos adorables muñequitos con formas de animales se roban las miradas de grandes y chicos.

Yo me encanto con las ovejitas, blancas y grises, hechas en lana cruda y con mucha dedicación y destreza.
Más adelante encontramos cucharas, cucharitas y cucharones, tablas para picar carne y lindos utensilios para la casa en maderas sureñas.

Ponchos, bufandas, calcetas y cuellos de lana de colores y texturas diversas llenan el siguiente puesto. Y un poco más allá nos encontramos con un emprendimiento de miel y productos derivados, como champús sólidos y jabones con miel y hierbas locales.

Carmen Figueroa es la dueña de Natural Honey, emprendimiento que ofrece productos derivados de sus panales con fines de salud y estética.

Jabones de miel y rosa mosqueta, con salvia o canela y naranja, de hermosas formas y cuidada presentación son algunos de sus productos estrella.

También ofrece bálsamos para labios o champú en barra de jengibre, además de miel, propóleo y polen, tan saludables para el invierno. Puedes encontrarla en Instagram en @cosmeticosnaturalhoney. Hace despacho a todo Chile.

Delicias locales y muchas avellanas!

Tanta caminata nos dio hambre, así que nos fuimos al sector gastronómico, donde había desde platos típicos chilenos a cervezas artesanales y pastelería de autor.

Cazuela de ave, empanadas de horno o fritas, pan amasado con chicharrones, sopaipillas y calzones rotos brillaban entre la oferta tradicional, destacándose por su frescura y buen tamaño.

Pero lo que sin duda me gustó más fue la amplia variedad de productos locales que hacían honor a la Fiesta de la Avellana. Queques, kúchenes, galletas, harina, calugas, trufas, cuchuflís, tortas y mucho más hecho con avellanas!

Deliciosas propuestas hechas con esta pequeña maravilla del sur de Chile, protagonista también de un brebaje único y delicioso: malta con leche condensada y harina de avellana.

Era la mezcla perfecta, porque entre los expositores locales destacaban cuatro cervecerías artesanales: Shangrilá, del valle del mismo nombre, Rosal, de Pinto, y Nevados y Garganta del Diablo, del valle Las Trancas.

Degustaciones de las diferentes cervezas ofrecidas, accesorios y souvenirs destacaban en las cuatro barras, además de lanzamientos de nuevas variedades y formatos, haciendo la delicia de los amantes de este brebaje.

Música tradicional

La fiesta estaba encendida cuando se subieron al escenario Los Huasos Quincheros, con su propuesta de canciones tradicionales populares que hicieron cantar y bailar al público local.

Banderita chilena, El gorro de lana, El corralero y otros clásicos eran coreados, mientras más gente iba llenando la explanada y las mesas disponibles.

Yo me antojé de algo dulce y me acerqué a un hermoso puesto que tenía una propuesta muy tentadora de kúchenes, milhojas y brownies con avellanas.

El emprendimiento se llama Pastelería Volcán y también ofrecía alfajores, cocadas, “avellanadas”, calugas y cuchuflís bañados con chocolate. Todo con una cuidada presentación y packaging.

Mientras me decidía entre tanta cosa rica, los dueños me comentaron que eran de Los Lleuques y que habían emprendido hace un año. Probé las calugas y un queque de zanahoria avellana y ¡ambos estaban deliciosos! Me contaron que además hacen tortas a pedido, así que puedes hacer tus encargos en su cuenta de Instagram (@pasteleria.volcan).

Ya se había hecho de noche y la primera jornada del Festival de la Avellana avanzaba. Pronto subirían al escenario Luchito y Rafael, los charros que con su propuesta de cumbia ranchera tropical harían bailar a los más jóvenes.

La Fiesta de la Avellana en Los Lleuques superó todas mis expectativas, artísticas y gastronómicas, y me alegró enormemente poder compartir, aunque fuera por un día, las tradiciones de esta zona tan linda de Chile.

Marcela Salinas

2 comentarios en «Reviviendo las tradiciones chilenas en la Fiesta de la Avellana»

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