La ruta a Las Antenas se distingue dentro de todas las opciones dentro de Valle Las Trancas por poseer una dificultad media y servir como un punto de acercamiento a los diversos espacios naturales de la zona. Sin lugar a dudas, es un destino imperdible lleno de flora y fauna nativa por explorar y admirar, sobre todo para los que se están adentrando en el mundo del Trekking y el Senderismo.
UN VIAJE ASCENDENTE
Nuestro viaje comenzó a eso de las 12 del mediodía saliendo de casa. Botas de trekking, botellas con agua y algunos snacks para capear el hambre del almuerzo. Pasamos por carabineros a registrar el viaje y luego nos dirigimos hacia la carretera principal Av. Las Trancas con Calle Los Ñirres. Desde allí caminamos hasta la calle que confluye con el Hotel Robledal hasta el puente. Pasando el puente puedes encontrar señalética de la ruta hacia el Mirador de Las Trancas, la cual se encarga de especificar las características de esa ruta.
Es necesario, en primera instancia completar ese camino en dirección al Mirador. El sendero es concurrido por los amantes del trekking, principalmente, para observar los distintos cerros y volcanes que tiene para ofrecer la zona. Aquí puedes encontrar una guía más detallada a La Ruta del Mirador.
A pesar de salir al mediodía, lo más recomendable es comenzar esta travesía temprano durante la mañana, ya que el sol puede volver más complicada la subida. El camino es medianamente empinado, sin embargo, para llegar al Mirador es necesario caminar un total de 700 metros, lo cual convierte a esta primera parte de la ruta en la menos compleja.
PRIMERA PARADA: EL MIRADOR
El día estaba caluroso y el sol abrasivo de las primeras horas la tarde nos hacía tomar nuestra botella de agua cada ciertos metros. En un viaje de zigzags seguimos la ruta más segura dentro de este terreno de tierra suelta y piedras. Y nos dimos cuenta que existen varios caminos trazados por los muchos andantes que ya la han visitado antes.
Finalmente, la señal que veníamos esperando: las mangueras negras de agua potable del sector y luego, el gran tronco de árbol caído. De esta manera, nos adentramos al mirador y fuimos testigos de una de las vistas más privilegiadas que tiene para ofrecernos Las Trancas en una baja dificultad.
Después de un total de 30 minutos de caminata llegamos a la primera parada. En este espacio bebimos algunos sorbos de agua y nos sentamos a contemplar el paisaje sobre las grandes rocas instaladas en el lugar.
SIGUE LA TRAVESÍA
Luego de descansar un par de minutos en el Mirador decidimos seguir a lo que sería nuestro punto final: Las Antenas. Nos adentramos a una travesía cada vez más angosta, en la que los árboles circundantes se acercaban unos a otros y algunas raíces de los mismos ayudaban a formar las escaleras que nos llevarían a nuestro destino. En este transcurso es muy probable encontrarte con especies de la fauna nativa de Las Trancas, como lagartijas y algunas aves significativas. Presta atención siempre a tu alrededor, te puedes sorprender.
Pasando nuevamente por mangueras negras propias del sitio nos encontramos con la puerta que determinará el resto de nuestro camino. Debes identificar una delimitación con letreros propios del sitio, hechos de madera. Allí puedes acceder atravesando una puerta fabricada artesanalmente con alambres de púas. Es sumamente relevante dejar cerrado y ser consciente de las necesidades locales que llegaron a establecer ese punto de cierre. Sin embargo, no hay problema al atravesarla.
El trayecto continúa en ascenso y se vuelve aún más rocoso, por lo que se recomienda subir con cuidado y en lo posible con equipo eficiente para lo mismo, como bastones de trekking y un buen par de zapatos con huella.
Terminado ese punto te encontrarás con un denso bosque y una vez atravesándolo podrás observar el primer avistamiento de las antenas en el recorrido transitado. Este cerro lleva como nombre Las Cañas y es muy reconocido a nivel local por las vistas panorámicas que ofrece de esta privilegiada zona. Desde allí se amplía de manera exponencial los paisajes naturales ofrecidos por el mirador. Una ruta que vale la pena tomar, sin lugar a dudas.
LLEGADA AL DESTINO
Si vas en un día soleado como lo hicimos nosotros, te recomendamos llevar contigo dos litros de agua y bloqueador solar para retocar durante la caminata. Una vez que te aventures en aquella senda pedregosa llena de rocas sueltas y el rastro que han dejado algunos caballos locales, debes seguir el paso en zigzag hasta llegar al destino.
Nosotros decidimos sacar de nuestras mochilas los snacks que llevábamos para el camino y entre plátanos compartidos, duraznos un poco calientes por el clima y botellas de agua, nos sentamos a contemplar el paisaje circundante.
En el mismo lugar utilizamos las rocas más grandes como asientos, y de pronto divisamos el vuelo y planeo de una serie de cóndores andinos. En una corta secuencia de minutos el cielo se embelleció con la grandeza de estas aves, resguardadas por la Unión de Ornitólogos de Chile, en colaboración continua de diversos órganos del Estado que se encargan de esa materia. El plan específico que se hace cargo de estos animales es el Proyecto MANKU, que contribuye, mediante una amplia serie de actividades, a su estudio y conservación en el país. A través de este link puedes obtener más información acerca de Proyecto MANKU: avesdechile.cl
