EL CHINCHIMOLLO UN INSECTO ELEGANTE

Cuando la primavera llega al Valle las Trancas la vida oculta bajo el manto de nieve despierta de su sueño invernal. Las semillas brotan, las plantas florecen e innumerables insectos rompen su crisálida y abren sus alas por primera vez o dan sus primeros pasos escurriéndose entre los matorrales y rocas volcánicas. Uno de ellos, el Chinchimollo (Agathemera elegans) que cruza los senderos sin prisa y luciendo su largo y elegante frac no pasa desapercibido.

DESCRIPCIÓN

Este bello insecto sin alas, pero de gran tamaño (se han encontrado ejemplares de hasta 10 cm) presenta un marcado dimorfismo sexual. El macho es de color negruzco con rayas rojas transversales y es de menor tamaño que la hembra que presenta un color verde oscuro. Poseen un par de antenas bastante largas, un cuerpo segmentado y patas adaptadas para agarrarse a la superficie de las ramas y rocas.

El nombre de Chinchimollo es de origen quechua y significa “pecho hediondo o fuerte” aludiendo a su capacidad de emitir una secreción de mal olor cuando se siente amenazado y que puede provocar una sensación de ardor en los ojos. Su dieta es principalmente herbívora y muy especializada, alimentándose toda la vida de la misma especie de planta que aprenden a comer cuando nacen.

DISTRIBUCIÓN & HÁBITAT

El Chinchimollo se distribuye entre las regiones de Ñuble y La Araucanía siendo un habitante frecuente en las laderas de los cerros y la cordillera andina en donde es posible encontrarlo bajo troncos, rocas o arbustos achaparrados hasta los 2000 msnm por lo que es muy probable que sobrevivan el invierno bajo la nieve.

ECOLOGÍA

Como la mayoría de los insectos herbívoros el Chinchimollo cumple una función esencial en la mantención de la salud del bosque al controlar el crecimiento y la densidad de las plantas contribuyendo así a la regeneración y diversidad vegetal de un ecosistema. A su vez sirve de alimento para una gran cantidad de animales, como pequeños reptiles, aves y anfibios.

EL CHINCHIMOLLO EN LAS TRANCAS

Si tienes suerte podrás verlo escabulléndose elegantemente entre los matorrales o entre las ramas muertas de robles y lengas en los senderos que suben por los cerros Coltrahue y Las Cabras, o tal vez oculto en alguna grieta de una roca volcánica en Shangri-La. Sea como sea, el Chinchimollo, es otro de los increíbles tesoros de nuestro querido valle, un pequeño y elegante cohabitante que deambula silencioso bajo el manto de nieve a la espera de la primavera.

Así que cuando vayas por el bosque camina con cuidado y en silencio. Observa a tu alrededor, respeta todas las formas de vida, hay seres pequeños que podrían cruzarse en tu camino, algunos son bellos y de vivos colores, otros parecen repulsivos y tienen un aspecto amenazador, pero recuerda esto, cada criatura esconde una historia increíble, cumple un rol esencial en el ecosistema y contribuye a la belleza de nuestro mundo.

Hans Nourdin

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